Hoy en día, saber Inglés dejó de ser un lujo y se volvió ya una necesidad ya que abre las puertas de mundo global en el que vivimos. Sin embargo, es importante saber que, a nivel de desarrollo de habilidades, el aprender una lengua adicional a la materna, tiene un impacto muy positivo.
El cerebro, siendo un músculo, trabaja distintito. Al activarse áreas distintas de este órgano se notan cambios sensibles como un pensamiento más flexible, mayor capacidad atencional y de atención sostenida, mejor memoria tanto auditiva como visual, y un aumento en el cúmulo de vocabulario.
Cuando una segunda o tercera lengua se aprende en los primeros años de vida, es esperado que el desarrollo de lenguaje pudiera parecer “más lento” ya que el cerebro integra la información recibida y pareciera verse entorpecido, pero sólo a nivel expresivo. De manera que, una vez que la información es “acomodada”, los niños comienzan a expresarse oralmente sin ningún problema, con la enorme ventaja de tener una mejor pronunciación ya que se adquieren más fácilmente los puntos de articulación, tal y como se hace con la lengua materna. Así mismo, aprenden a pensar en una segunda lengua en vez de tener que traducir previo a expresarse de manera escrita u oral.
Sabiendo todas las ventajas que implica el aprender otro idioma, en Ikigai se favorece la adquisición de inglés y francés desde el primer año de Kínder; dándoles un ambiente seguro para que puedan expresarse libremente y de manera natural.